Un avión de la Bering Air, con diez personas a bordo, desapareció el jueves por la tarde mientras realizaba un vuelo entre las localidades de Unalakleet y Nome, en Alaska. La aeronave, una Caravan de un solo motor, perdió contacto en una zona remota de Norton Sound, provocando un operativo de búsqueda en el que participa la Guardia Nacional Aérea de Alaska, la Guardia Costera de Estados Unidos y equipos de rescate locales. A estos esfuerzos se ha sumado el FBI, que está utilizando tecnología avanzada para geolocalizar los teléfonos móviles de los pasajeros y del piloto, con la esperanza de encontrar pistas que permitan acotar el área de búsqueda.
Las condiciones climáticas en la región, caracterizadas por temperaturas bajo cero, vientos fuertes y escasa visibilidad, han complicado significativamente las operaciones de rescate. La última ubicación registrada por el transpondedor del avión fue a unos 48 kilómetros al sureste de Nome, sobre el helado mar de Bering. Aunque una leve mejora en el clima permitió reanudar las búsquedas con helicópteros y aviones C-130, las autoridades han advertido sobre la persistencia de nevadas y la peligrosidad del entorno, que incluye vastas extensiones de hielo y nieve.
La desaparición de este avión pone de aliviar los riesgos de la aviación en las regiones rurales de Alaska, donde los vuelos son esenciales para conectar comunidades aisladas. Mientras los equipos de rescate continúan su labor de contrarreloj, la comunidad local y las autoridades estatales mantienen la esperanza de encontrar sobrevivientes. Este incidente se suma a una serie de accidentes aéreos recientes en Estados Unidos, subrayando los desafíos y peligros que enfrenta la aviación, especialmente en condiciones climáticas extremas.
