El mundo del deporte está de luto tras confirmarse que varias estrellas del patinaje artístico viajaban en el avión comercial que colisionó con un helicóptero militar cerca del Aeropuerto Nacional Reagan en Washington D.C. El vuelo 5342 de American Airlines, que partió de Wichita, Kansas, transportaba a patinadores, entrenadores y familiares que regresaban de un campamento nacional de desarrollo organizado en el marco del Campeonato de Patinaje Artístico de Estados Unidos. Entre las víctimas se encuentran los campeones mundiales de 1994, Evgenia Shishkova y Vadim Naumov, confirmó su agente deportivo, Ari Zakarian.
La Unión Internacional de Patinaje Artístico (ISU) emitió un comunicado expresando su profunda conmoción: “Nos rompe el corazón saber que entre las personas a bordo se encuentran patinadores artísticos, junto con sus familias, amigos y entrenadores. El patinaje artístico es más que un deporte: es una familia muy unida y nos mantenemos unidos”. La Asociación de Patinaje Artístico de EE.UU. también confirmó la presencia de “muchos patinadores” en el vuelo, aunque no especificó el número exacto de afectados.
El accidente, que ocurrió durante la maniobra de aproximación a la pista 33, provocó que ambas aeronaves cayeran al río Potomac. Hasta el momento, se han reportado al menos 60 fallecidos, según datos transmitidos por un congresista estadounidense, y se han rescatado 18 cuerpos. Entre las víctimas también se encuentra Inna Volyanskaya, medallista de bronce del Campeonato Ruso de Patinaje en Parejas, cuya ex entrenadora, Tatyana Tarasova, declaró: “Esto es terrible”. El Kremlin expresó sus condolencias a las familias de los fallecidos, entre los que se encuentran varios ciudadanos rusos.
Esta tragedia ha sacudido no solo al mundo del patinaje artístico, sino también a la comunidad internacional, recordando la fragilidad de la vida y el impacto de pérdidas tan significativas en el ámbito deportivo y cultural. Las investigaciones continúan para determinar las causas del choque, mientras las familias y amigos de las víctimas reciben el apoyo de una comunidad global unida en el dolor.
