El nuevo Aeropuerto Internacional Jorge Chávez continúa en el centro del debate ante las críticas sobre presuntas deficiencias en su infraestructura. Una de las principales observaciones es la ausencia de la calle de rodaje L1, conexión clave entre la nueva terminal y la pista antigua, lo que —según especialistas— limitaría el despegue de aviones de largo alcance.
Sin embargo, Ositran ha salido al frente. Su presidenta, Verónica Zambrano, afirmó que la actual etapa operativa corresponde al plan “1A reducida”, contemplado desde el diseño original. Las fases 1A y 1B, que incluyen obras complementarias como la calle L1, están previstas en el cronograma de Lima Airport Partners (LAP), operador del terminal.
Zambrano aseguró que la infraestructura cuenta con todas las certificaciones de seguridad , incluida la de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), y que no se ha puesto en riesgo la seguridad operacional . El nuevo Jorge Chávez tiene capacidad para atender 27,5 millones de pasajeros al año en esta primera fase y crecerá hasta los 40 millones conforme avancen las obras planificadas.
