Desde este jueves 15 de mayo, el nuevo Aeropuerto Internacional Jorge Chávez dará inicio a su etapa de prueba denominada “marcha blanca”, la cual contempla 18 vuelos internacionales operados por cinco aerolíneas distintas. Esta fase previa a su apertura oficial, prevista para el 1 de junio, servirá para probar el funcionamiento general del terminal, su logística operativa y la experiencia de los pasajeros en las nuevas instalaciones.
Uno de los principales cambios está en el acceso al aeropuerto, que será exclusivamente vehicular. Según informó Carla Urdiales, vocera de Lima Airport Partners, los pasajeros deberán ingresar por la avenida Morales Duárez y cruzar por puentes modulares, ya que se ha restringido completamente el acceso peatonal por la avenida Elmer Faucett. Esta disposición ha generado protestas por parte de taxistas formales, quienes denuncian haber sido excluidos del nuevo esquema de transporte autorizado.
Las opciones de llegada incluyen taxis autorizados, servicios por aplicación, transporte privado y el servicio de autobuses Aerodirecto, que conecta con cinco rutas en la ciudad. Además, se ha establecido un límite de 10 minutos en la zona de desembarque del tercer nivel. Exceder ese tiempo implicará una multa de 40 soles, con el fin de evitar congestiones y asegurar un flujo ágil de pasajeros y vehículos.
Dentro del terminal, los usuarios contarán con módulos digitales para obtener tarjetas de embarque y etiquetas de equipaje, así como controles de seguridad con tomógrafos de visión 360 grados capaces de procesar hasta 2.700 maletas por hora. Durante esta marcha blanca, se evaluará la eficacia de estos sistemas y se invita a los viajeros a llegar con anticipación y seguir las indicaciones del personal, en miras a una transición fluida hacia la operación plena del nuevo aeropuerto.