El flamante Papa León XIV (Robert Francis Prevost) no solo tiene nacionalidad peruana, sino también un profundo amor por la cultura y gastronomía del país. Durante sus años como misionero y obispo en Chiclayo, Trujillo y Chulucanas, se enamoró de los sabores norteños: el ceviche, el cabrito y el arroz con pato eran sus platos predilectos, reveló el obispo Edison Farfán.
Un pontífice con ADN peruano
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Trayectoria en Perú: Llegó en 1985 como misionero agustino, fundó una escuela en Trujillo y se nacionalizó peruano en 2015.
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Estilo cercano: Recorrió comunidades a caballo, se vinculó con la religiosidad popular y trabajó con poblaciones vulnerables.
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Homenaje desde el Vaticano: En su primer discurso, mencionó con emoción su “querida diócesis de Chiclayo”, destacando la fe de su gente.
Legado culinario y pastoral
Prevost no solo dejó huella espiritual, sino también gastronómica. Su predilección por la comida norteña —emblema de la identidad lambayecana— podría convertir a Chiclayo en un destino de turismo religioso y gourmet. Las fotos de su época como obispo, incluso montando caballo, reflejan su conexión auténtica con la tierra que hoy celebra su ascenso al trono de Pedro.
“Es un hermano nuestro”, resumió Farfán. Un Papa que, desde Roma, lleva el alma y los sabores de Perú.
