El prestigioso diario The Toronto Star ha encendido las alarmas al revelar un desplome sin precedentes en el turismo entre Canadá y Estados Unidos. Según datos del portal de estudios OAG, las reservas de vuelos entre ambos países para los próximos meses han registrado una caída del 75%, cifra que supera todas las estimaciones previas y que podría marcar un punto de inflexión en las relaciones bilaterales.
Cifras que preocupan
- En abril de 2024, las reservas entre Canadá y EE.UU. alcanzaron 1,2 millones de pasajeros; este año apenas rozan los 300 mil.
- Para mayo, la situación es aún más crítica: de 817 mil reservas en 2024 a menos de 230 mil en 2025, según datos de REPORTUR.us.
El drástico descenso se atribuye a la creciente tensión política y económica entre ambos países, impulsada por las políticas arancelarias y las declaraciones controvertidas del presidente estadounidense Donald Trump, que han generado un clima de incertidumbre entre los viajeros canadienses.
Aerolíneas en alerta
Alexis von Hoensbroech, CEO de WestJet, confirmó a CTV News que las reservas cayeron abruptamente tras el inicio de la disputa comercial con EE.UU. Sin embargo, la mayoría de las aerolíneas mantienen sus programas de vuelos para el verano, esperando un posible repunte de última hora.
Hasta ahora, solo Transat y Flair Airlines han reaccionado, reduciendo sus operaciones a EE.UU. en un 22% y 26%, respectivamente. Pero si la tendencia se confirma, los recortes podrían extenderse a otras compañías, incluidas las estadounidenses.
¿Turismo en riesgo?
Aunque algunos analistas sugieren que los viajeros podrían estar posponiendo sus planes en lugar de cancelarlos definitivamente, el panorama es preocupante. Una caída sostenida afectaría no solo a las aerolíneas, sino también a la industria hotelera y de servicios en ciudades fronterizas y destinos turísticos clave.
Mientras las aerolíneas monitorean la situación, Canadá podría ver un cambio en los patrones de viaje de sus ciudadanos, con un posible aumento en la demanda de destinos alternativos como México, Europa o el Caribe.
La relación turística entre Canadá y EE.UU. atraviesa su peor momento en décadas. Si las tensiones políticas no se alivian, el sector podría enfrentar una reconfiguración permanente en sus flujos de pasajeros, con consecuencias económicas difíciles de calcular.
