El incidente del buque Maersk Saltoro, que transportaba 25.000 toneladas de cerezas desde Chile a China, se ha convertido en un caso emblemático de los riesgos del comercio internacional, con repercusiones legales, financieras y de reputación para todos los actores involucrados.
Una cadena de fallas con pérdidas millonarias
El buque, que zarpó de San Antonio (Chile) con 1.352 contenedores con destino al Año Nuevo Chino, sufrió una falla crítica en su motor el 13 de enero, quedando varado en alta mar. Tras 52 días de retraso, la carga llegó a China en estado de deterioro irreversible, lo que llevó a las autoridades a ordenar su destrucción total bajo supervisión del gremio Frutas de Chile. El valor estimado de la mercancía perdida supera los US120millones∗∗,aloquesesuman∗∗US25 millones en costos de destrucción y otros gastos logísticos.
Batalla legal: Maersk busca limitar su responsabilidad
Frente a las demandas de indemnización, Maersk (transportista), Sinergy Marine (armador) y Argosy (propietario del buque) presentaron ante el Juzgado Civil de Valparaíso una solicitud para limitar su responsabilidad a US$16,4 millones (calculado en base al tonelaje del buque). Esta cifra representa apenas el 10% de las pérdidas totales, lo que ha sido calificado como “indecente” por Antonio Walker, presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA). Los exportadores exigen demostrar negligencia grave, argumentando que Maersk pudo tomar medidas preventivas, como remolcar el buque a tiempo.
Impacto en la confianza del sector exportador
Este caso llega en un momento crítico para la industria frutícola chilena, que ya enfrenta una caída de US$1.600 millones en la temporada 2024/25 debido a sobreoferta en China y problemas logísticos. La pérdida de confianza en el transporte marítimo podría acelerar la búsqueda de alternativas, como mayores seguros de carga o rutas aéreas para productos perecederos. Mientras tanto, Frutas de Chile sigue en China supervisando la destrucción de la carga, que podría extenderse varias semanas (cada contenedor tarda 2 horas en ser destruido).
Lecciones y futuro del comercio agroexportador
El incidente del Maersk Saltoro deja en evidencia la vulnerabilidad de las cadenas de suministro globales y la necesidad de mecanismos más robustos de protección para los exportadores. Mientras el caso avanza en tribunales, el sector deberá evaluar contratos más estrictos con navieras, seguros especializados y protocolos de emergencia más eficientes para evitar futuras crisis. Por ahora, queda claro que las pérdidas no son solo económicas, sino también de credibilidad en un mercado altamente competitivo.